Fuente: Feasting on Fruit
Para la mantequilla de anacardos: A hungry blog
Me apasiona esta web de Natalie. Toda su repostería es vegana y es lo que estoy buscando últimamente. Poder satisfacer a ese monstruo que llevo dentro y al que llamo Charlie y que me pide algo más al terminar la comida, junto con una cafetito, o para desayunar. Espero engañar a este bicharraco con postres endulzados de forma natural con dátiles, con mantequillas de frutos secos, leche vegetal y demás delicatesens veganos.
Este es el primero con el que me he atrevido y aunque he tenido dificultades para hacerlos el resultado ha sido magnífico. El problema que encuentro es mi robot de cocina y mi vaso vatidor: como no es de gran potencia y me he empeñado en hacer mi propia mantequilla de frutos secos, he estado a punto de quemarlo por es sobreesfuerzo al que le he sometido. 25 minutos para preparar la mantequilla de anacardos... estuve 15 minutos 1 día y al notar lo caliente que estaba mi robot decidí continuar al día siguiente, otros 10 minutos, con paradas para darle tiempo a respirar. En fín, juré en arameo. Luego me puse a hacer la crema del relleno en otro robot de cocina que tengo y fatal, tuve que pasarlo todo al vaso batidor... hasta el último pelo. Pero son cosas que puedo resolver para próximas intentonas. Me he dado cuenta leyendo muchos blogs veganos que casi todos usan el robot Vitamix, que es como el Máster of the Universe de los robots de cocina. Pero muuuy caro.
Lo confirmo, hacer repostería vegana no es barato por lo que hay que recurrir a recetas caseras. El coste de un tarro de mantequilla de anacardos o almendras en tiendas veganas o compradas online es muy alto. Y aunque los anacardos y almendras crudas tampoco es de lo más barato del supermercado, he buscando y comparado precios en diferentes supers para conseguir no dejarme el hígado en la compra. Y lo mismo digo con los dátiles... los compré en Dealz, sin hueso y naturales. Ok no son Medjool, de hecho son pequeñitos, pero me han servido igual. En Alcampo costaban como 0,50 céntimos más baratos pero con hueso.
Estas fotos son iguales que las primeras pero con fondo blanco. Me daba pena no utilizarlas asi que las pongo igual. Con lo que me cuesta hacerlas... desecharlas me parece horrible.
Pero ahora mismo me siento más sana, así de rápido. Mi monstruo interior no se ha dado cuenta del timo, se cree que se ha comido una tartaleta de arándanos endulzada con azúcar blanca... que tonto es... es más simple... A mi me encanta utilizar la pasta de dátiles, me parece una idea genial para endulzar, aunque no sirva para bajar calorías porque entre los dátiles y los anacardos, la dieta se va a hacer gárgaras, aunque también es cierto que si te dosificas el dulce, una ración no engorda tanto.
Estas tartaletas no necesitan horno, otra razón que me animó a hacerla. Estoy hasta el pico la boina de las facturas eléctricas por mi horno, que me encanta usarlo pero sinceramente, me está sangrando. Otra peculiaridad de estas tartaletas es que se congelan y puedes tomarlas después de un rato fuera del congelador, igual que hacemos con el helado. Yo tuve que esperar como 20 minutos para poder comérmela porque no puedo con los alimentos muy fríos o muy calientes. Pero me parece una idea fantástica como repostería para el verano.
Estas tartaletas, sin horno y servidas heladas son perfectas. Son una cucada y con un sabor maravilloso. Parece increíble que no lleven azúcar, ni grasas, ni harina, ni leche animal por lo que las hace aptas para celíacos, veganos, intolerantes a la lactosa, los que sigan una dieta paleo, sin huevos ... bla bla bla... Junto con mis brownies veganos endulzados con dátiles, mi pastel vegano de chocolate y naranja y mi bizcocho vegano de naranja sin huevos han sido mis recetas estrella.
Estas tartaletas, sin horno y servidas heladas son perfectas. Son una cucada y con un sabor maravilloso. Parece increíble que no lleven azúcar, ni grasas, ni harina, ni leche animal por lo que las hace aptas para celíacos, veganos, intolerantes a la lactosa, los que sigan una dieta paleo, sin huevos ... bla bla bla... Junto con mis brownies veganos endulzados con dátiles, mi pastel vegano de chocolate y naranja y mi bizcocho vegano de naranja sin huevos han sido mis recetas estrella.
Ingredientes:
- Para la base crujiente:
- 1 taza (100 gr.) de copos de avena (los que sigan dieta paleo pueden usar el fruto seco que prefieran)
- 125 gr. de dátiles
- 2 cucharadas de agua
- Pellizco de sal
- Para el relleno:
- 100 gr. de dátiles
- 190 gr. de mantequilla de anacardos (o la de tu gusto)
- 3/4 de taza de leche vegetal. Yo tenía de almendras que huele que te mueres de bien
- 1 cucharada de zumo de limón
- 1 cucharadita de extracto de vainilla (o 1/2 vaina de vainilla, no es necesario rasparla, va tal cual al robot)
- Pellizco de sal
- 70 gr. de arándanos congelados
Preparación:
- Lo primero de todo sería hacer la mantequilla de anacardos. Para eso os recomiendo visitar la página de "A hungry blog". Yo compré una bolsita de 200 gr. de anacardos y con eso me apañé ya que la receta pide 190 gr. La verdad es que impresiona como va variando la textura de los anacardos a medida que los trituras. Al principio te crees que nunca lo vas a conseguir pero en un momento dado empieza a soltar su aceite natural y a formarse como una crema dura que termina siendo una crema más líquida. Me encanta. Ya hice una vez nutella casera, con avellanas, mucho más fácil porque las avellanas son más blandas que los anacardos. El proceso fue muuucho más sencillo que con anacardos, donde va a parar.
- Lo siguiente sería trocear los dátiles, pero más que nada para facilitar la tarea a mi robot de cocina.
- Sacar los arándanos del congelador. Como los míos eran grandes, los aplasté un poco con un tenedor.
- Y ahora empezamos:
- En el robot de cocina ponemos todos los ingredientes de la base crujiente. Trituramos bien. Se forma como una masa pegajosa. Con esta masa iremos forrando 1 molde de muffins de 6, de silicona ya que te facilitará sacarlas:
- En la receta original se ponían estas tiras de papel para facilitar poder sacarlas pero me resultaron inútiles porque las tartaletas se congelan y gracias a que usé un molde de silicona pude sacarlas. Al tirar de las tiras de papel se rompían. También es verdad que puede ser más fácil si vas a utilizar todas las tartaletas porque entonces esperas un rato fuera del congelador antes de sacarlas ayudándote de estas tiras de papel. Las tartaletas ya no están tan frías y supongo que será más fácil. Pero este no va a ser mi caso, yo sólo saco la que me voy a comer, las demás no me interesan que se vayan descongelando.
- Continúo con la receta. Cuando hemos puesto la base crujiente metemos el molde en la nevera mientras vamos preparando el resto.
- Se mezclan los ingredientes del relleno en el vaso batidor (no en el robot de cocina porque se sale), hasta conseguir una crema. Sólo puedo decir que probé un poco mientras la hacía y el sabor era increíble, buenísimo. Parecía dulce de leche:
- Se pone sobre la base crujiente de las tartaletas:
- Distribuimos por encima los arándanos descongelados:
- Meter el molde en el congelador toda la noche. Para comerte una tartaleta, sácala del molde con antelación para poder comértela con una textura más blanda, aunque tiene que estar helada, esa es la gracia de estas tartaletas (para mi gusto 20 minutos, aunque Natalie dice 5 minutos... imposible para mi).
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